Snapchat, Instagram, Vine Camera - cualquiera con un teléfono inteligente puede ser fotógrafo estos días. Pero esta fotografía tomada en la década de 1960 es todavía una de las imágenes más famosas e impresionantes de todos los tiempos.
Los primeros astronautas en el espacio profundo tomaron esta foto mostrando la Tierra que se elevaba sobre el horizonte de la Luna. Captó la imaginación de gente de todo el mundo, mostrándonos lo pequeño y especial que es nuestro planeta.
Hoy en día los astronautas que están a bordo de la Estación Espacial Internacional tienen que aprender fotografía como parte de su entrenamiento. Pasan gran parte de su tiempo libre tomando fotos de la Tierra desde su posición 400 km por encima de nosotros.
Pero los astronautas no son los únicos que tienen puestos sus ojos en la Tierra. Los satélites que vuelan a cientos de kilómetros por encima de nuestras cabezas han estado fotografiando nuestro planeta durante mucho más tiempo que los astronautas.
Los satélites van provistos de cámaras de alta tecnología e instrumentos que utilizan para monitorizar cómo cambia nuestro planeta. Esto les permite llevar a cabo todo tipo de tareas importantes. Miden la contaminación del aire, cartografían los bosques tropicales que desaparecen y registran la cantidad de hielo que se derrite en los glaciares.
Durante desastres naturales, como los huracanes devastadores que golpearon América este mes, los satélites y astronautas trabajan juntos para ayudar a las personas afectadas.
Los satélites meteorológicos siguen los desplazamientos de los huracanes de modo que las autoridades pueden decidir si necesitan empezar a evacuar gente. Mientras, las fotografías tomadas por los astronautas pueden de hecho ayudar a calcular la intensidad de la tormenta.
Así que, ¿quién toma mejores fotos, los satélites o los astronautas?
Además de ser inspiradoras, las imágenes de satélite proporcionan datos científicos importantes. Pero los astronautas flotando en la ingravidez del espacio siempre ganarán nuestra atención.
Desde su puesto a gran altura sobre el suelo, tanto los astronautas como los satélites pueden ver lo frágil que es nuestro planeta. Sus imágenes nos recuerdan lo importante que es cuidar unos de otros y de nuestro pequeño mundo azul mientras flota sin fin por el espacio.
Para permanecer en el espacio (y no chocar contra la Tierra) un satélite normalmente necesita viajar a más de 28000 kilómetros por hora.