Esta semana dos enormes antenas de radio, en lugares opuestos de la Tierra (en Australia y Sudamérica), están escuchando susurros procedentes de Saturno.
Cada una de las antenas tiene el tamaño de una casa grande, lo que les permite actuar como ojos supersensibles, recogiendo señales de radio débiles. Se les ha pedido que ayuden a captar los últimos mensajes de la nave espacial Cassini.
Cassini fue lanzada en un viaje épico a Saturno en 1997. Desde entonces ha trabajado duro para convertirse en una de las misiones espaciales de más éxito de la historia.
Cassini ha descubierto varias lunas nuevas alrededor de Saturno, ha revelado la edad de los anillos de belleza encantadora del planeta, dejó caer una sonda sobre su luna más misteriosa, Titán, y mucho más.
Después de casi 20 años, Cassini se encuentra ahora en su viaje final por Saturno antes de agotar su combustible. Cuando esto ocurra (en septiembre de este año), la nave será dirigida hacia el planeta, donde se quemará como una estrella fugaz.
Hasta entonces, los mensajes de Cassini viajarán 1600 millones de kilómetros por el espacio hasta alcanzar la Tierra, cruzando las órbitas de Júpiter y Marte por el camino.
Las primeras señales enviadas por Cassini a principios de este año, cruzarán a través de los anillos helados de Saturno antes de llegar a la Tierra. Recogerán información por el camino sobre la composición de los anillos y su forma. Más adelante, durante este año, las señales rebotarán en Saturno antes de viajar hacia la Tierra como un eco.
Estas señales transportarán datos sobre la atmósfera de Saturno y los anillos, que nos acercarán a conocer mejor el pasado del planeta.
Durante mucho tiempo no supimos si los anillos de Saturno se formaron durante el nacimiento del Sistema Solar o en la época de los dinosaurios, cuando una luna de hielo fue destruida por la gravedad del planeta. Cassini ha confirmado que son muy, muy viejos. Se formaron hace 4500 millones de años, junto con el Sol y los planetas.