¿Alguna vez has oído hablar de las fulguraciones solares? Una fulguración solar es una explosión gigante en la superficie del Sol. Expulsa miles de millones de partículas al espacio.
Cuando algunas de esas partículas cargadas eléctricamente llega a la Tierra, producen hermosas auroras (también conocidas como luces boreales o australes). Pero las partículas pueden también perturbar las comunicaciones por radio o dañar estaciones de suministro eléctrico y satélites.
Esperarías que las fulguraciones solares en una diminuta estrella enana tuvieran menos energía que las de una estrella más grande como nuestro Sol. Pero el telescopio ALMA ha descubierto fulguraciones extremadamente potentes en una estrella enana roja que es diez veces menos masiva que el Sol.
Durante las fulguraciones solares la enana roja lanza potentes ondas de radio que tienen 10 000 veces más energía que las ondas de radio de nuestro Sol.
Las ondas de radio son producidas por partículas que se desplazan increíblemente rápido. Sólo hay un modo en que esta diminuta enana roja podría producir ondas de radio tan energéticas: ¡debe de estar disparando fulguraciones solares gigantescas sin parar!
Muchas estrellas enanas rojas tienen planetas, pero esperemos que ésta no los tenga. ¡La vida en un planeta alrededor de esta estrellas sería rápidamente barrida por las dosis enormes de radiación letal!
Las enanas rojas son rojas porque no están tan calientes como otras estrellas. Piensa en una llama de gas: la parte más fría del fuego cerca de la porción superior de la llama brilla en color rojo y la parte más caliente, que está cerca del combustible, resplandece en color azul.