Cada una de las diminutas luces parpadeantes del cielo nocturno es una gigantesca estrella que se consume. Al igual que la gente, estas estrellas son de diferentes colores y tamaños. Algunas son 10 veces más pequeñas que el Sol; ¡otras pueden ser 300 veces más masivas!
Una de las preguntas más intrigantes sobre el Universo que todavía hay que responder es cómo nace tan gran variedad de estrellas. La existencia de estrellas masivas es particularmente misteriosa y difícil de estudiar.
Un problema al estudiar estrellas masivas es su distancia a la Tierra. Hay muchos viveros estelares cercanos a la Tierra (¡cercanos en términos astronómicos, en cualquier caso!), pero todos ellos están formando estrellas bastante pequeñas. El vivero estelar más cercano que está haciendo estrellas masivas se encuentra a 1500 años-luz de distancia.
Esto significa que necesitamos telescopios muy potentes para observar lejanas nubes formando estrellas y estudiar el nacimiento de estrellas masivas. Telescopios potentes como ALMA. ALMA es perfecto para mirar a través de las nubes gaseosas que rodean estrellas recién nacidas.
Esta imagen muestra un vivero de estrellas masivas que actualmente está siendo estudiado por astrónomos que emplean ALMA. Acaban de descubrir que la nube de gas naranja del centro contiene no una ¡sino dos enormes estrellas bebé!
En conjunto, hay suficiente gas en este sistema para crear más de 1000 soles. Todo este gas los esconde y hace muy difícil ver directamente las dos estrellas. Los astrónomos sólo han sabido de su existencia porque están actuando igual que bebés humanos ¡y tienen rabietas! Las nubes azules de esta imagen son chorros de gas que están siendo expulsados de la nube central por las dos estrellas. Como bebés arrojando sus juguetes desde un carrito de bebé.
Se tarda unos 100 000 años en dar a luz a las estrellas masivas. Esto podría sonar como que es mucho tiempo, ¡pero es diez veces más rápido que el nacimiento de estrellas menos masivas!