Las supernovas son los espectaculares finales de las vidas de muchas estrellas masivas. Son explosiones que producen enormes cantidades de energía y ¡pueden brillar tanto como una galaxia entera compuesta por miles de millones de estrellas!
Estos fenómenos son muy importantes porque los restos de la estrella destruida son lanzados volando al espacio. Este material formará nuevas estrellas, planetas y lunas - de hecho, ¡tú y yo estamos hechos de material de supernova!
Mientras estas nubes de material sobrante de la estrella (llamadas “remanentes de supernova”) se expanden, barren todo el material con el que se encuentran y se lo llevan junto con ellas.
Esta fotografía espacial muestra un remanente de supernova de 2200 años de edad que está arrastrando una notable cantidad de material, ¡lo suficiente como para formar 45 soles! La imagen muestra el remanente de supernova en azul, mientras que el polvo cósmico es mostrado en rosa.
La impresionante cantidad de material arrastrado por este remanente puede ser la primera pista de que algo especial le ocurrió a esta estrella antes de que explotara.
Otra pista es la temperatura del remanente, que es inusualmente caliente y todavía brilla con luz de alta energía, llamada rayos X. En los 2200 años que han pasado desde la explosión de la supernova, el gas y el polvo que barrió deberían de haberse enfriado mucho más.
Por desgracia, tendrás que volver a estas páginas para descubrir la causa de estas rarezas, ¡ya que los científicos todavía están intentando averiguarlo ellos mismos!
La última supernova observada en la Vía Láctea fue la estrella de Kepler, en 1604 (conocida como SN 1604).