En la Vía Láctea - la galaxia en la que vivimos - las estrellas nacen en un hogar seguro, rodeadas por nubes de gas protectoras, suaves, que no se mueven. ¡Pero qué diferente es la situación en una pequeña galaxia lejana, a una distancia de 55 millones de años-luz! Esta galaxia enana está actualmente volando a través de un grupo de galaxias a la alarmante velocidad de 1000 km por segundo. Durante su vuelo, está dejando atrás una larga estela de gas. Y a diferencia de nuestra Vía Láctea, las condiciones en esta estela son lo que llamarías bastante extremas. Las temperaturas alcanzan un intenso millón de grados y violentos vientos de ciclón soplan a la asombrosa velocidad de 4 kilómetros por hora.
Los astrónomos japoneses han descubierto ahora que, a pesar de estas circunstancias violentas, se han conseguido formar estrellas dentro de esta estela. Este tipo de formación de estrellas no se parece a nada que hayamos visto nunca en la Vía Láctea. Aparentemente, algunas estrellas han encontrado un modo de formarse en estos ambientes extremos. Para estrellas de nuestra relativamente segura y rústica Vía Láctea esto sería como nacer en una montaña rusa dentro de un horno. ¡No exactamente una situación ideal en la que dar a luz!
Cuando ampliaron la imagen de una de estas robustas estrellas dentro de la estela, los japoneses descubrieron otro hecho asombroso: está expulsando corrientes de gas a una velocidad de 160 kilómetros por segundo. ¡Estas estrellas extragalácticas son gente realmente exótica y salvaje! Comparado con ellas, ¡nuestro Sol es un blandengue!
Esta galaxia enana está atravesando a gran velocidad el llamado cúmulo de Virgo. Un cúmulo es un grupo de galaxias que están juntas. Nuestra propia Vía Láctea es parte de otro cúmulo, llamado el Grupo Local.